martes, 27 de noviembre de 2018

Diario de una lucha: Pañuelos de colores



Ella ha decidido.
Ante la realidad inminente de que perderá el cabello con el tratamiento, hemos visitado varias peluquerías y me ha impactado cómo algunos profesionales ya están tan preparados para afrontar situaciones como esas.
En cuanto entras al local y cuentas lo que quieres, les cambia el semblante, es una cara entre compasión y aprensión. Te invitan a una zona más íntima con espejos y bustos de plástico de gesto inerte que llevan colocadas diferentes tipos de pelucas. Las hay de pelo largo, melenas cortas, medias melenas, morenas, rubias, lisas, rizadas. Los peluqueros te aconsejan con mas o menos profesionalidad y con mas o menos delicadeza, se nota los que ya  llevan tiempo en esto porque no se les percibe tan afectados, han perdido la capacidad de empatizar.
Ella se ha probado varias pero a todas les encuentra pegas. Unas no tienen movimiento, otras brillan en exceso y pierden su aspecto ''natural", lo tiene claro, se va a poner pañuelos.
Cris, su preparadora física, que aprovecho para decir que la está ayudando muchísimo, ha pasado por lo mismo que ella y le esta enseñando distintas técnicas para colocarse el.pañuelo bien y rápido. Ella ha cogido destreza a la primera y lo lleva dignamente aunque admito que a mí me hubiera gustado que llevara peluca.
No es solo una cuestión de estética de cara a los demás o para llevar en el anonimato su enfermedad, no, es algo personal. Mírarte al espejo por las mañanas y lograr encontrar tu cara ojerosa, sin bello de ningún tipo y con una cabeza de anciano de 90 años no ayuda nada en absoluto a afrontar el día, estoy segura, pero ella es muy cabezota, cree que se nota cuando alguien lleva peluca y yo me pregunto ¿Y cuál es el problema de que se note? No he conseguido convencerla, no hay manera.
Ya tiene pañuelos de todos los colores y formas y  cómo es un bellezón de ojos azulísimos hasta le sientan bien, ahora está pensando en tatuarse las cejas.
Mundo desconocido el de la estética oncológíca y, la verdad, asi hubiera preferido yo que siguiera siendo, desconocido.

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