domingo, 22 de diciembre de 2013

AMADO







Aquella mañana las vocecillas de los Niños de S. Ildefonso llenaban los rincones del país. Como cada año, en las casas, en las coches, en las radios, en los bares, en el trabajo, ese soniquete de fondo se volvía casi necesario, como si el hecho de oir esa cantinela nos acercara más a la posibilidad de ser tocados por la diosa fortuna. 
1991 fué un año especial, el sorteo se celebraba un 21 de diciembre, sin saberlo, también sería especial para todos nosotros. Yo era una madre primeriza que cumplía las 40 semanas de embarazo en aquellos días y había sido una alumna aplicada en mis clases de preparación al parto, la respiración, la sincronización de las contracciones, minutos después de cantar el segundo premio todo empezó a pasar tal y como la comadrona había explicado. Aguanté hasta media tarde y entonces corrímos a Valencia, naciste a las 3 de la mañana del 22. Era tu destino nacer en un día de premios por que tú fuiste el nuestro. 
Recuerdo aquellos ojazos enormes abiertos por primera vez a la vida, de niño tu afición a las películas Disney, especialmente Aladdín (llegué a memorizar diálogos enteros), eras capaz de verla una y otra vez, por no hablar de El Rey León. 
Tu graciosa manía de llevar los bolsillos llenos de cosas, vaqueros, indios, animales, papelitos. El Karate, la natación, el tenis, nada, no encontrábamos TÚ deporte hasta que probaste un deporte de equipo, el Hockey ¡fueron años divertidos! 
Hoy 22 cumples 22 y te has convertido en un  guapo chicarrón, buena gente (con algún que otro mal despertar) y comprometido con el negocio familiar, compromiso que tuviste claro casi desde tu tierna infancia. Disfruta de tu juventud antes de que la vida empiece a cubrirte de responsabilidades ineludibles, nosotros, tu familia, estaremos ahí contigo para lo que necesites. No cambies.
Te queremos.
                                                                             Gandía, 22 de Diciembre de 2013


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